Estados Unidos endurece presión sobre Venezuela con bloqueo a petroleros sancionados

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó este martes el “bloqueo total y completo de todos los petroleros sancionados que entren y salgan de Venezuela”, una decisión que marca una nueva escalada en la presión de Washington contra el Gobierno del presidente venezolano, Nicolás Maduro.

En un mensaje publicado en su red Truth Social, Trump afirmó que Venezuela “está rodeada” por “la armada más grande jamás reunida en la historia de Suramérica” y advirtió que el impacto de la medida será “como nunca antes”, hasta que el país “devuelva todo el petróleo, las tierras y otros activos que fueron robados previamente” a Estados Unidos.

El mandatario republicano anunció así un “bloqueo total” a los petroleros que transporten crudo venezolano, lo que supone un endurecimiento significativo del operativo militar estadounidense iniciado en aguas internacionales del Caribe. Dicho despliegue había sido presentado inicialmente como una acción destinada a combatir organizaciones del narcotráfico que operan en la región.

Trump sostuvo además que “el régimen ilegítimo de Maduro está utilizando el petróleo de estos yacimientos robados para financiarse, así como el narcoterrorismo, la trata de personas, el asesinato y el secuestro”.

Tras la orden presidencial, no está claro cuántos petroleros se verán afectados ni cuáles serán las consecuencias concretas de la medida para la industria petrolera venezolana.

La semana pasada, el Comando Sur de Estados Unidos —que desde agosto ha atacado a más de 30 embarcaciones presuntamente vinculadas al narcotráfico en el Caribe y el Pacífico Oriental— dio un giro en sus operaciones al incautar el petrolero Skipper. La embarcación, que transportaba crudo venezolano, fue interceptada por fuerzas estadounidenses en el Caribe, cerca de la costa del país suramericano, bajo una orden judicial.

El buque, sancionado por Washington desde 2022 por sus vínculos con una denominada “flota sombra” de transporte de crudo y acusado de violar el régimen de sanciones, fue trasladado a un puerto estadounidense para iniciar un proceso legal de decomiso de su carga.

Esta medida, considerada una escalada significativa en la presión contra el presidente Nicolás Maduro, ha tensado aún más las relaciones entre ambos países y ha contribuido a una caída en los embarques de crudo venezolano, además de abrir la puerta a nuevas incautaciones de petroleros sancionados en aguas cercanas.

La intensificación del operativo militar estadounidense se produce en medio de un aumento de la presencia naval en el Caribe y ha sido calificada por Caracas como un acto de “piratería”. Por su parte, la Casa Blanca defendió la incautación del primer petrolero sancionado como parte de su política de sanciones y control de activos vinculados a actividades ilícitas.