Piden apoyo para cantante de los 60’s

Fue uno de los mejores baladistas de rock en los años 60 en México, originario de Nuevo Laredo, Wence Ponce. Además de vivir en el olvido, este fin de semana se quedó sin hogar, sin dinero y sin una memoria nítida y clara de quién es.

Hipólito Ponce Saldaña, hermano menor del cantante neolaredense, asegura que Wence fue echado de su casa por su propia hermana, y hoy después de una carrera de éxito, vive una injusticia solo y sin dinero.

“Este sábado mi hermano fue corrido por mi hermana, le aventaron agua a cubetazos para que se fuera, le cambiaron el candado a la puerta y ya no pudo entrar. Hoy está conmigo, pero no es justo lo que le está pasando”, expresó Hipólito.

A Wence Ponce lo llegaron a comparar con cantantes de la talla de Enrique Guzmán, Alberto Vázquez, César Costa y Manolo Muñoz; su carrera artística se consolidó acompañado del grupo Los Supremos, con quien grabó diversos materiales discográficos.

En 1999 fue agredido por personas desconocidas, lo atacaron a martillazos, contó su hermano; “casi muere”, expresó. A Wence, su padre lo mantuvo en casa recuperándose, desde entonces la familia se había hecho cargo de él, Hipólito era quien le llevaba alimento y lo visitaba de forma continua, hasta este fin de semana que se lo llevó a su hogar, pues se había quedado en la calle.

Hipólito busca el apoyo de la comunidad pues asegura que para él es imposible solventar la vida de ambos, primero por la edad, y segundo porque no cuenta con los recursos necesarios. “El 15 de septiembre fue agredido y lo bañaron con agua, no es justo. Estamos solicitando ayuda para seguir adelante. Yo me llevé a mi hermano a mi casa, pero apenas y puedo sostenerme yo”, señaló.

Actualmente Wence Ponce tiene 75 años y entre sus temas más recordados son los covers de “Donde estás”, “El motor no quiere andar”, “Cadenas”, entre otros. Quienes deseen colaborar o apoyar pueden hacerlo a través de la cuenta Bancoppel 4169160264940050 o bien pueden comunicarse al celular 867-130-5435, preguntando por Hipólito.